La II Exposición Nacional de Clase Abierta y más ...

Hace unos pocos días, regresando en coche desde Valencia, meditaba acerca del sentido que puedan tener muchas de las exposiciones filatélicas en la actualidad. Y recordaba cuando a finales de 2001 perpetraron una FILAMODER a 50 metros de mi casa; por aquello de la afición ... y la proximidad ..., me pasaba por allí todos los días 4 o 5 veces, y me sorprendía comprobar que, a excepción del momento de la inauguración, nunca había nadie visitando la exposición. Uno de los principales actos programados era, precisamente, una conferencia sobre la futura nueva Clase Abierta, y en la sala habían 10-12 personas, la mayoría amigos y familiares directos del conferenciante, 2 o 3 de la organización ... y yo. También recuerdo que a las pocas semanas, una conocida revista filatélica abría un artículo sobre la exposición con un sorprendente "Éxito rotundo de la FILAMODER de Tarragona" ...

¿ Éxito ? ... ¿ Cómo se valora el éxito de una exposición filatélica ?
Por supuesto supongo debían referirse a la supuesta calidad o cantidad de las colecciones participantes, o quizás a la suculenta cena de reparto de trofeos y medallitas, pero si no hay visitantes, si estas exposiciones no son capaces de atraer un mínimo de atención o interés y sólo se trata de puntuar colecciones ... ¿ tiene sentido en la actualidad montar una exposición pública con todo lo que ello acarrea ?

En los últimos años he repetido esta desagradable sensación en numerosas ocasiones, en la mayoría de las exposiciones visitadas no hay nadie o casi nadie que se entretenga mirando los cuadros, la gran mayoría de coleccionistas pasan de largo y se agolpan frente a la oficina temporal de turno a la búsqueda de material conmemorativo diverso.
Tanto es así que he llegado a pensar que algunas de las exposiciones puedan organizarse por un hábito anual malentendido, un cierto afán de protagonismo del organizador, o ... simplemente como excusa para emitir material conmemorativo aprovechando que cada año se concede un matasello gratis a las asociaciones federadas. Y desde que está de moda la emisión de estampillas con textos conmemorativos ... mis dudas y sospechas cada vez van a más.

Todo lo contado hasta aquí no es nada nuevo, todos conocemos ya sobradamente la situación actual de la filatelia, la enfermedad terminal que padece, y los esfuerzos que se realizan desde instituciones, publicaciones y sectores comerciales para intentar aparentar normalidad y buena salud.

Ante esta perspectiva hace unos pocos años surgió la idea de la Clase Abierta, en un intento a la desesperada de atraer y aglutinar bajo el manto de la filatelia otros coleccionismos -y coleccionistas- dispersos.

Algo así hubiese sido totalmente impensable algunos años atrás, por el carácter purista e inmovilista de los responsables de la filatelia en España, pero -a la vista de lo que hay- desde FESOFI se ha decidido -acertadamente, aunque a regañadientes- abrir las puertas a esos otros coleccionismos (sólo hay que darse una vuelta por la sección de enlaces de su página web): vitolas, calendarios, cupones de la ONCE, ... y por supuesto, las malditas pegatinas, los ATMs. No en vano, el estudio y el coleccionismo de sellos de valor variable y ATMs está demostrando ser uno de los sectores más dinámicos en la filatelia actual, con mucho futuro, y con una gran capacidad de atracción de nuevos coleccionistas, muchos de ellos desengañados de la filatelia tradicional.

Así llegamos a la II Exposición Filatélica Nacional de Clase Abierta, celebrada en Valencia entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre de 2005, y lamentablemente -y muy a pesar de los esfuerzos de la organización- se reproducen nuevamente los errores y situaciones comunes a otras exposiciones comentadas al principio y también en diferentes artículos de esta misma página web.
No voy a cuestionar la necesidad o conveniencia de realizar una nueva exposición de Clase Abierta a los 4 meses de celebrarse la Exfilna de Alicante, donde tenía su propia sección, pero lo cierto es que durante las 2 horas que estuve en la exposición, además del jurado, el amable y esforzado responsable de la organización, y un solo visitante que se concentró en una sola colección (tal vez fuera el autor ...), aparecieron hasta 4 coleccionistas despistados, todos ellos preguntando por las etiquetas con texto de la exposición. Ante la negativa (por cuestiones de presupuesto la oficina temporal sólo estuvo en funcionamiento los 2 primeros días), ninguno de ellos se quedó a ver la exposición ni mostró el más mínimo interés.

También es cierto que el espacio escogido (o conseguido) para desplegar la muestra no era ni mucho menos el más adecuado; una pequeña sala situada en la 4a. planta del edificio de la Real Sociedad Valenciana de Agricultura y Deportes, en el centro de Valencia, con muy poco espacio para los paneles ... y aún menos para los posibles visitantes.
Muy poco atractivo y mucho menos atrayente.


Personalmente dudo mucho de la capacidad real de divulgación filatélica o cultural de este tipo de exposiciones y, repito, si sólo se trata de puntuar y repartir premios, tal vez no sea necesario montar toda una exposición pública, involucrar a instituciones públicas y privadas, etc... En este sentido, propuestas de exposiciones virtuales en Internet realizadas recientemente me parecen mucho más consecuentes y adecuadas a la realidad del siglo XXI, en las que los coleccionistas pueden mostrar sus colecciones sin riesgos y mantenerlas accesibles desde cualquier parte del mundo las 24 horas del día.

Si ni lo que se expone, ni los actos o actividades propuestas (por mucho que se esfuercen los organizadores en aparentar lo contrario), son capaces de atraer visitantes, habrá que inventarse algo más, y durante muchos años, la utilización de matasellos conmemorativos y la edición de diferentes souvenirs pseudo-filatélicos han servido para atraer algo más de público. Algunos presidentes o responsables de asociaciones locales y organizadores son auténticos maestros en este sentido y cada año nos sorprenden en un renovado esfuerzo por sacarse de la manga algún nuevo producto o pieza festivo-conmemorativo-filatélica, en rizar el rizo cada vez más y, sobretodo, poder figurar como "el primero que ...".

La permisividad de Cor
reos a través del Servicio Filatélico, y los Jefes de zona, hacia la emisión no oficial de estampillas con textos conmemorativos o especiales ha sido un revulsivo para algunas de estas asociaciones locales, que han visto como se han multiplicado los visitantes -y los ingresos- desde que emiten este tipo de fantasías filatélicas.

Me comentaban que la persona encargada de la estafeta temporal instalada en la exposición de Clase Abierta durante los 2 primeros días, con el matasello especial y una balanza emitiendo estampillas con texto, no paró ni un solo instante, tal era la cantidad y demanda de los coleccionistas interesados. Cuando se fue, se acabaron los visitantes.

Reconozco que no es la idea que yo tengo de divulgación de la filatelia y me molesta profundamente esta prostitución a que están siendo sometidos los ATMs en nuestro país. Me sabe mal también por todos los nuevos coleccionistas que se están aproximando ilusionados a nuestra afición, desengañados de una filatelia tradicional que han arruinado sectores comerciales y, cuando no, el propio Servicio Filatélico. Salir del fuego, para caer en las brasas ...

Como ya se ha venido diciendo en múltiples ocasiones, desde ATEEME defendemos el carácter postal y universal con que se crearon los ATMs, y rechazamos totalmente los abusos que se están cometiendo con las estampillas, su utilización con fines privados, emisiones no oficiales e incontroladas, desconocidas por el propio Servicio Filatélico (comprobarlo es tan simple como llamar por teléfono o mandar un e-mail y preguntar), nunca anunciadas oficialmente, y que por tanto sólo son conocidas y accesibles por una muy pequeña minoría de coleccionistas relacionados con los organizadores.

Si las cosas no se pueden hacer bien, es mejor no hacerlas, y tratándose de filatelia y la emisión de algo tan importante como son signos de franqueo, o se hacen de forma impecable, o no se hacen.

En la Comunidad Valenciana parece que le han encontrado el gusto a este tipo de emisiones, o quizás en este sector de Correos se tenga la manga un poco más ancha ... El caso es que todo ello ha propiciado la aparición de diversas irregularidades relacionadas con estas emisiones, algunas de ellas comentadas en diferentes artículos de esta misma web, otros casos son más sórdidos como el reciente de Sueca.

Finalmente desde Correos se ha decidido atajar la cuestión -hasta cierto punto, porque en el fondo no deja de ser un magnífico negocio para Correos (!)-, y a partir de ahora parece ser que se prohibirá la utilización de balanzas autónomas para la emisión de estampillas con textos especiales; si se confirma, ello supone en la práctica que no se podrán instalar balanzas en el recinto de exposiciones, fuera de las oficinas de correos, y por tanto todas las emisiones que se realicen de este tipo estarán perfectamente controladas mediante el sistema Iris de Correos en lo referente a: qué, cuánto y cuando se emite. Se acabaron por tanto los chanchullos entre el organizador-coleccionista de turno y el amiguete de la oficina de correos.

Y relacionado con este tema, unas semanas atrás llegó un email en el que se nos pedía que desaprobáramos públicamente una reciente emisión de estampillas con texto en Pineda.
A nuestro entender este tipo de emisiones son simples curiosidades filatélicas, no hay que darles más importancia de la que realmente tienen, consideramos que no deberían producirse, pero en cualquier caso tiene la misma validez o invalidez una emisión de la que existen media docena de ejemplares de prueba que se han repartido entre el funcionario correspondiente de correos y el organizador-coleccionista (que las hay), que una emisión de la que existen muchos más ejemplares de los que esa balanza es capaz de emitir durante las horas en teoría configurada con ese texto (que las hay), como cualquier otra irregularidad que pueda producirse en su emisión o distribución (que las hay y muchas). En todos los casos se trata de signos de franqueo emitidos por balanzas franqueadoras, y ahí están, empezando a inundar las secciones de supuestas rarezas de las subastas filatélicas, una auténtica pesadilla para coleccionistas inocentes o simplemente desinformados. Son simples fantasías filatélicas creadas por los propios coleccionistas y de nada vale ahora lamentarse, ni afirmar que las emisiones que hago yo o mis amiguetes con mis criterios están bien, y las que se realizan al margen, quizás con otros criterios, o en las que simplemente no puedo intervenir, o las que muy probablemente dentro de poco puedan impulsarse desde sectores comerciales u otros, están mal.

Lo peor está aún por llegar.



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